Félix Maradiaga

Quienes creemos que la libertad, la democracia y el pleno respeto a los derechos humanos se pueden alcanzar a través de la resistencia no-violenta, estamos obligados a darle un voto de confianza al equipo negociador de la Alianza Cívica. Todas las suspicacias son naturales, pero la búsqueda de la paz con justicia no es camino fácil. Es una ruta angosta, con muchos obstáculos. Debemos estar alertas y vigilantes. También la comunidad internacional está del lado de la ciudadanía y el mensaje que nos han enviado es claro: “Ortega ha recibido un ultimátum, pero antes de seguir aprobando sanciones internacionales contra ese régimen, los nicaragüenses se deben sentar entre ustedes para encontrar una ruta de transición hacia la democracia.” Sabemos cuál es la ruta: ¡Libertad, Democracia, Justicia! Esa ruta sólo es posible, con la salida de Ortega. Sigamos exigiendo la liberación de todos los presos políticos. Claro que habríamos querido la liberación de todos los presos políticos. Hab

Alguien equivocadamente me acaba de decir: “Deja de ser político y no apoyes esta negociación”. Quiero aclarar: Si mi opinión fuera política, más bien me sumaría a las voces contra la negociación, que son claramente la mayoría y es la posición más popular. Los políticos siempre dicen lo que las mayorías quieren escuchar; pero no me vayan a mal interpretar. Creo que las voces críticas tienen justificación, dada la historia de pactos y arreglos entre élites que ha marcado a Nicaragua. Las suspicacias tienen fundamento. Sin embargo, mi voto de confianza a la Alianza Cívica, nace de mi profunda convicción personal y espiritual de que tenemos que hacer hasta lo imposible para salvar a Nicaragua de un conflicto aún mayor. Puede parecer ingenuo, pero la búsqueda de paz con justicia merece el sacrificio de volverse a sentar con el régimen, por poco popular que sea esa posición. ¿Están dadas las condiciones para un diálogo? Claramente no. Por eso decimos que esto ya no puede ser un diálo

Hay que saber analizar señales importantes. El régimen de los Ortega-Murillo está desesperado. La semana pasada hicieron una llamado a reunirse con la OEA; también recibieron un ultimátum de los Eurodiputados que ha sido más fuerte de lo que esperaban. A la vez, la situación del régimen de Maduro en Venezuela, su principal socio, es muy delicada. Los Ortega saben que la probabilidad de aplicación de la Carta Democrática es real y hay amenazas serias de sanciones europeas individuales. Para colmo, ya ningún banco en Nicaragua quiere mover dinero del conglomerado de Albanisa, que se ha visto muy golpeado por las sanciones a PDVESA. Al ligarse a todas las empresas de Albanisa con PDVESA, dichas empresas sólo podrán operar con dinero en efectivo, es decir no les aceptarán cheques ni transferencias bancarias (lo que es imposible en el mundo financiero moderno) y ya están sujetas a posibles sanciones internacionales por el origen de los fondos venezolanos (lavado de dinero y narcotráfico).

Cuando a algún incauto o insensible se le ocurra decir la barbaridad de que “todo está normal en Nicaragua”, hay que recodarle el nombre de José Iván Cruz Gutiérrez, quien hoy se quitó la vida en un acto desesperado frente a la persecución del régimen de Daniel Ortega. El hermano de José Iván es el preso político Max Cruz, secuestrado por el régimen desde el 7 de octubre de 2018 en Ometepe, por participar en una caravana de bicicletas contra el régimen. La policía sandinista no sólo lo apresó, sino que disparó siete veces en la pierna de Max. A falta de atención médica adecuada, Max decidió iniciar, desde la cárcel, una huelga de hambre que aún mantiene. Existe riesgo de que pierda su pierna. Mientras tanto, su hermano José Iván, permanecía en una casa de seguridad, oculto, bajo permanente acecho policial. La presión, el acoso, la falta de libertad, la angustia por la situación de su hermano Max, lo empujaron al suicidio, que es la más desesperada de las acciones que pueden tomar

Unas de las discusiones centrales en el marco del Consejo Permanente de la OEA con relación a Nicaragua, es la discusión en torno a la existencia (o no) de una alteración del orden constitucional que afecte gravemente el orden democrático. Como es de esperar en el derecho, hay muchos puntos de vista. Al igual que muchos especialistas mucho más calificados que yo, comparto la hipótesis de que en Nicaragua sí ha habido una serie de graves alteraciones al orden constitucional. Éstas no se limitan a los hechos del 2018, sino que desde mucho antes. De manera particular, es fundamental volver la mirada al día lunes 10 de febrero de 2014, fecha en que Nicaragua despertó con una nueva Constitución Política que por disposición final establecida en la propia ley de reforma parcial, Ley No. 854, entró en vigor el mismo día de su publicación. A manera de recordatorio, esa novena reforma constitucional fue la que estableció el ya conocido “modelo de gobierno de alianza, diálogo y consenso con em

En las últimas semanas he leído muchos comentarios en redes sociales sobre posibles candidatos a la presidencia. Se que esas conversaciones nacen de un sano deseo de salir de esta crisis, pero quiero dar mi sincera opinión: Me parece inapropiado hablar de candidaturas cuando tenemos casi 800 presos políticos y aún no hay una ruta clara para salir de esta dictadura. Muchos de los liderazgos fundamentales de esta causa están secuestrados y en el exilio. Sin libertad de los presos políticos primero, no podemos pensar en elecciones. La unidad contra la dictadura, requiere de liderazgos colectivos y colegiados. Propongo un Directorio o Consejo Político de la Unidad Nacional, que sea incluyente y representativo de todas las expresiones de esta lucha. Ya habrá tiempo de hablar de candidaturas. Hoy no es el momento. Fuerza Nicaragua!

Para superar cualquier reto significativo, se requiere "enfoque". La distracción, el desperdicio de energías emocionales en cuechos, en ataques personales o en personalismos, es una fórmula para el fracaso. Nicaragua es primero. La libertad con justicia, es la prioridad. Esa libertad de Nicaragua demanda de cada ciudadano, un uso enfocado y desinteresado de nuestros talentos y recursos, para alcanzar la justicia y la construcción de la nación que merecemos. Creo que las principales tareas de esta fase de la lucha son: *fortalecer la unidad, *consolidar la defensa legal y la presión para la libertad de los/as secuestrados, *mejorar la organización y coordinación de la resistencia cívica, *continuar con las labores humanitarias, *aumentar la presión internacional y *mantener la moral en alto en preparación para las próximas etapas. Fuerza y fe! Nicaragua será libre!

Una de las grandes preocupaciones de la sociedad nicaragüense, es cómo garantizar la verdad, el acceso a la justicia y la reparación eficaz del daño a las víctimas de graves violaciones a los Derechos Humanos en Nicaragua. En Mayo del año pasado, IEEPP elaboró un aporte conceptual a ese importantísimo debate, a través de una Guía, basada en los estándares internacionales. En el enlace adjunto pueden obtener el documento en PDF:  https://www.ieepp.org/publicaciones/derechos-humanos/guia-para-garantizar-la-verdad-el-acceso-la-justicia-y-la-reparacion-eficaz-del-dano-las-victimas-de-graves-violaciones-los-derechos-humanos-en-relacion-con-estandares-internacionales/

No quiero dejar pasar más tiempo sin agradecerles desde el fondo de mi corazón, a las madres y familiares de presos y presas políticas secuestrados, por darnos ánimos para seguir constantes en la lucha cívica y denuncia internacional. Gracias a los defensores y defensoras de derechos humanos que desde dentro de Nicaragua no cesan de trabajar en tomar las denuncias de los perseguidos; gracias a los periodistas que luchan incansablemente y con las uñas contra la censura. Por la fuerza que nos dan, seguimos haciendo uso de todos los mecanismos legales del sistema universal de derechos humanos. En las recientes reuniones con la Alta Comisionada Michelle Bachelet y otras instancias de la ONU en Ginebra, seguimos insistiendo en que haya mayor contundencia sobre las graves violaciones a los derechos humanos en Nicaragua. Las organizaciones participantes en estos esfuerzos de incidencia, presentaron informes con abundante evidencia de la situación. Sabemos que esas nuevas denuncias ya están

Siento que mis madrugadas son seguidas de un sol más brillante, después de una noche de oración. Hoy he imaginado a Levis Rugama (ese niño escultor, campesino de corazón puro y sencillo), sonreír con su risa cristalina y contagiosa, bajo un sol intenso en San Dionisio. Pero era un sueño relámpago en esos instantes en que sin querer nos quedamos dormidos. De todas maneras, si alguien tiene la magia o la habilidad de hacer llegar mensajes que atraviecen paredes, por favor díganle a Levis que sabemos que no basta rezar. Haremos lo posible y lo imposible para verlo libre, a él y a todos los secuestrados. No habrá ni descanso ni felicidad posible mientras todas ellas y ellos, no vean el sol de la libertad. Amén!

Uno de los problemas profundos de la administración pública nicaragüense y que a su vez es un obstáculo para la democracia, es el híper-presidencialismo. En Nicaragua, la figura presidencial tiene excesivos poderes y pocos contrapesos institucionales. Ortega se aprovechó de esa debilidad constitucional, logrando convertir a la presidencia en una especie de "sultanato" chapioyo. Vayamos tomando nota: En la nueva Nicaragua que vamos a edificar cuando saquemos a los carniceros del Carmen, deberemos tener un Poder Ejecutivo con más controles y contrapesos. Eso requiere de más indepedencia de los poderes del Estado, más vigilancia ciudadana, poderes locales más descentralizados y más robustos, suscripción popular, más control del gasto público, entre otras reformas. Hasta hoy, la figura presidencial ha sido caudillista, perversa y demasiado discrecional. Al caudillismo hay que cerrarle las puertas por todos los medios posibles. Ortega será el último dictador de nuestra hist