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Mostrando entradas de marzo, 2020

Prevenir la pandemia es hacer patria

En los últimos días, he leído a varias declaraciones de personas que proponen tomar una “tregua” política para enfocarnos en la mitigación de la pandemia de coronavirus. No estoy seguro que todos los que hemos usado ese término, queremos decir lo mismo. Según el diccionario de la Real Academia Española, una “tregua” es el cese  temporal de hostilidades. En ese sentido, no estaría de acuerdo en frenar la presión que se ejerce contra esta dictadura ya que, como explicaré a continuación, la dictadura y el mal manejo de la epidemia del covid-19, están íntimamente relacionados. Una tregua no puede significar pactar con un régimen criminal. En mi opinión, lo que debemos hacer es crear las condiciones para salvar vidas, con o sin la ayuda del Estado. Eso requiere que todos los nicaragüenses, independiente de nuestro signo político, unamos esfuerzos para exigir que el Estado actúe con toda seriedad. Desde mi óptica, una tregua significa buscar la unión de todas las organizaciones del país p

Escuchemos a la comunidad científica: Si podes, quedate en casa.

Escuchemos a la ciencia: Una de las ventajas de la era del Internet (a diferencia de épocas anteriores) es que hoy tenemos acceso fácil a la información de los principales expertos mundiales en diferentes temas. ¿Qué están diciendo los científicos sobre el COVID-19? Esencialmente están diciendo que aún no hay una vacuna efectiva y que por ello, la medida más efectiva para frenar la epidemia (además de las medidas de higiene que ya conocemos), es el distanciamiento y aislamiento social, es decir, tomar distancia física de las personas y evitar aglomeraciones. Esa es una recomendación que no es agradable, pero es la que la ciencia recomienda por un tiempo prudencial. Esa recomendación es vital para países pobres como Nicaragua que no pueden permitir que se rebalse el sistema de salud, ya que no habría capacidad para atender a todas las personas infestadas. Entiendo que hay personas que quisieran ver una respuesta más sofisticada como las que hemos visto para otro tipo de epidemias

Campañas de desinformación: ¿Qué pretenden aquellos que manipulan mis mensajes?

Dado de que Nicaragua está ante un peligro real de una epidemia de Coronavirus, he insistido en hacer un paréntesis de acciones políticas para más bien concentrarnos en unir esfuerzos de nación para prevenir y enfrentar la epidemia. Creo que esa es la máxima prioridad en este momento. Al igual que a muchos de ustedes, me entristece y me indigna profundamente, la falta de acciones contundentes de parte del régimen para mitigar el avance de la epidemia. Es por esa razón que hasta ahora he ignorado una intensa campaña de tergiversación de mis declaraciones en algunos medios de comunicación, específicamente sobre temas como las sanciones al Ejército. He ignorado esas campañas porque no son nuevas. Es una maña vieja la de tomar pequeños fragmentos de mis opiniones y difundirlos fuera de contexto. ¿Cuál es el propósito de esas campañas? Creo que es confundir. En todo caso, por respeto a amigos que me han pedido aclarar, me voy a referir a esas dos campañas al tiempo que insistiré en pas

Violencia hacia las mujeres: una alerta de lo que venía

(A Claudia, a Elvira, a Dayra, y a todas las mujeres que han abierto el camino.) Es común escuchar la aseveración de que “antes de abril todo mundo estaba callado”. Esa afirmación es parcialmente cierta, en el sentido de que, efectivamente, el régimen de Daniel Ortega no estaba siendo cuestionado masivamente en las calles como se vio a partir de la insurrección cívica de abril de 2018. Sin embargo, desde que Ortega y sus allegados llegaron nuevamente al poder, siempre han existido grupos ciudadanos con insistentes voces de protesta. Pocas de esas voces han sido tan valientes como las de diversos grupos y movimientos de mujeres nicaragüenses. De hecho, desde mucho antes de enero de 2007, los movimientos de mujeres venían alertando del peligro que significaría para toda Nicaragua, que un abusador sexual llegara al poder. No existía entonces un país en silencio, sino que, al igual que hoy, existía una Nicaragua que no escuchaba a las mujeres con suficiente atención. En ocasión del Dí