“No pueden haber elecciones mientras haya presas y presos políticos en Nicaragua”

Mensaje de Félix Maradiaga
Miembro del Consejo Político de la Unidad Nacional Azul y Blanco, en ocasión de la presentación de reformas electorales consensuadas

Managua, 12 de diciembre de 2019

En abril de 2018, se empezó a gestar una nueva Nicaragua. Esa nueva nación que está por nacer, aún tiene dolores de parto. Son los dolores de una nación marcada por una historia plagada de conflictos internos y de polarización política, pero que hoy, gracias al sacrificio de muchos héroes, nuestro país tiene una luz al final del túnel y espera resurgir renovada, en justicia, democracia, y libertades que hasta ahora han estado frustradas.

Por esa razón, quiero iniciar este mensaje reiterando en nombre de la Unidad Nacional Azul y Blanco, el sagrado compromiso con la justicia, con la memoria, el derecho a la verdad, a la reparación y no repetición. La Unidad Nacional nace como una Asamblea Ciudadana de la Resistencia Cívica, con el mandato de encarnar los anhelos de la revolución de Abril. Acogemos con profunda responsabilidad el compromiso de que esos anhelos se conviertan en realidad y que bajo ninguna circunstancia se repitan los dolorosos episodios del pasado cuando otras revoluciones se convirtieron en sueños rotos y perdieron su rumbo. 

¡Nuestro rumbo es claro, y todos ustedes saben cuál es la ruta!

Esa convicción de plena y profunda renovación de la nación nicaragüense, tiene como su punto neurálgico la lucha cívica por el restablecimiento de todas las libertades y los derechos humanos. Nuestra lucha no se limita nunca a una lucha electoral y mucho menos una apuesta por reformas políticas minimalistas. Esa ruta se experimentó en el pasado y no sólo desembocó en una transición democrática frustrada, sino que en pocos años nos llevó a los eventos de abril y a la peor crisis de derechos humanos de las últimas décadas.

Por esa razón, ante la presencia de madres y familiares de víctimas directas de la represión de esta dictadura y familiares de nuestros presos políticos, la Unidad Nacional se compromete a honrar los principios de la lucha cívica que impulsaron a sus hijas e hijos a salir a las calles. Bajo el ejemplo de desprendimiento y generosidad de sus hijos, ante una nación que pedía a gritos libertad, ratificamos el compromiso de seguir luchando sin descanso por la libertad de todos los presos políticos—sin excepción—y justicia para todas las personas asesinadas.

Para todos ellos: ¡justicia!

Justicia para ¡Alavarito Conrado! Gerald Vasquez! Franco Valdivia! Angel Gahona! Eddy Montes! Richard Pavón! Carlos Bonilla!

Ese esfuerzo de restauración democrática no puede ser librado con éxito si no es con la suma de todos los vigores dispersos. Bajo ese reconocimiento, la Unidad Nacional y la Alianza Cívica, nos hemos avocado a un proceso de construcción de una Coalición Nacional que tenga como piedra angular la defensa de las libertades.

Admitimos con sinceridad y con humildad, que la construcción de consensos bajo el contexto de represión y bajo las sombras de una historia de polarización, nunca es fácil. Sin embargo, ha privado el principio de poner a Nicaragua primero sobre cualquier otro interés sectorial. A la vez, reconocemos que aún queda muchísimo por hacer para lograr la plena unidad de todas las expresiones esenciales, políticas y sociales, del país, que comparten la visión de un país en democracia. Reconocemos que urge seguir labrando un camino de inclusión para que más actores sean parte de esa inminente plataforma Azul y Blanco, que dará fin a la dictadura.

Desde la Unidad Azul y Blanco, nuestra visión es la de una Coalición que en su fase primera e inmediata, se convoca alrededor de una gran objetivo: Recuperar todas las libertades y obtener la libertad de todas las presas y presos políticos. Como paso siguiente: Visualizamos la construcción de una Coalición Electoral incluyente, capaz de representar con toda legitimidad, los intereses de todos los nicaragüenses. En un tercer momento, esa Coalición aspira a ser una concertación ciudadana amplia y robusta que liderará la Nicaragua post-Ortega, que será la Nicaragua de prosperidad incluyente, de Paz con Libertad, de fin del caudillismo, de fin de la reelección y también la de un futuro con Memoria, Verdad y justicia.

El fragor de la lucha cívica, librada bajo condiciones extremas de represión e incertidumbre, nos ha obligado a trabajar concurrentemente en esas tres fases de construcción de la coalición. Precisamente por ello, hoy tendremos la oportunidad de presentar una propuesta consensuada de reformas electorales que ciertamente es un primer gran paso en una ruta que en el corto plazo es incierta, pero que a la vez tiene un destino clarísmo: ¡De que se van.. se van!

Ese trabajo concurrente de reformas electorales consensuadas, es un primer gran paso de la Coalición, pero no es, bajo ningún punto, una admisión de que hoy existen en Nicaragua condiciones para elecciones libres. ¡No las hay! El testimonio doloroso de que no hay condiciones son nuestros 166 hermanos secuestrados en las mazmorras del régimen. No las hay porque en tierra adentro, las fuerzas represivas del régimen siguen asesinando campesinos; no las hay porque hay más de 120 mil hermanos nicaragüenses en el exilio...

La Unidad Nacional sostiene que no pueden haber elecciones mientras haya presas y presos políticos en Nicaragua. 

Renovamos nuestro compromiso con la No-Violencia y con la salida pacífica a esta dictadura. Pero la lucha no-violenta no es una lucha desarmada. Nuestras armas cívicas son la verdad que está de nuestro lado, y también la Unidad.


A partir de ese compromiso sostenemos que esa lucha no es entre izquierdas y derechas. Tampoco es una lucha entre capitalismo y socialismo. Quienes integramos el movimiento de auto-convocados surgido espontáneamente en Abril, creemos que no nos acomodan las categorías de izquierda y derecha, puesto que ambas son herencias del siglo pasado, y sus extremos destruyen la libertad de distintas maneras, pero con resultados parecidos. Las verdaderas diferencias que hoy hay en Nicaragua, se dan en el ámbito de la ética, los derechos humanos y la defensa de la libertad frente a la dictadura.

Bajo ese principio, las organizaciones agrupadas bajo la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB) creemos en la importancia fundamental de la libertad de empresa para la reducción de la pobreza a través de la generación de empleos. Creemos en la importancia de la libertad económica, de la mano de la responsabilidad social.

También refrendamos nuestro compromiso con la inclusión de todas las voces de la sociedad. 

Ustedes, conocen en carne propia los nefastos efectos que a lo largo de la historia han tenido aquellas formas de hacer política que están basadas en la idea errada de que un grupo o sector es dueño absoluto de la verdad. Esa noción de superioridad política, basada ya sea en la hegemonía económica o ideológica de grupos que desean imponerse sobre otras expresiones de la sociedad, ha degenerado en contextos de polarización, ausencia de proyectos de nación sostenibles y Estados invertebrados incapaces de ofrecer las oportunidades para que las personas alcancen su máximo potencial humano.

Hoy, juntos, decimos basta ya de esa vieja Nicaragua. Lo decimos con la misma convicción de todos los presos políticos serán libres, de que en Nicaragua habrá paz con justicia, y de que, en el nombre de Dios, Nicaragua será libre.







Comentarios

Unknown ha dicho que…
Muy bien expresado, ojalá que Dios nos permita verlo realizado.

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