Exigir la renuncia de Ortega: Un imperativo moral
Si hay algo peor que una dictadura criminal, es una dictadura que además de todo, también sea incompetente. La comparecencia televisiva de Daniel Ortega, en cadena nacional, el miércoles 15 de abril, después de más de 34 días sin dar ninguna señal de vida, confirma que en Nicaragua no existe gobierno. Al menos no en el sentido preciso de la palabra, ya que un gobierno de verdad se preocuparía por la vida y el bienestar de la gente, y aún más en una situación de emergencia como la que vivimos por la pandemia global del Covid-19. Lo que existe en Nicaragua es una familia en el poder, ensimismada y corrupta. Ortega, en su papel de cabecilla del régimen, con la ayuda de la ilegal y sancionada vice-dictadora, simula estar en control, pero esa mueca es cada vez menos creíble. Fue así que Ortega al fin apareció para no decir nada; o peor aún, para decir incoherencias. Sabemos que desde años, el dictador está desconectado de la realidad nicaragüense y que vive una cuarentena permanente d...