Desobediencia civil sí; violencia, no.
Existe una estrategia perversa del FSLN, de descalificar las voces que por años y sin descanso hemos venido insistiendo en el derecho a la protesta pacífica y a la lucha cívica no-violenta. Torpemente creen que pueden borrar la historia. Pero Nicaragua y el mundo sabe quiénes hemos abogado por la no-violencia como método legítimo de cambio social, y quienes han sido los que siempre han respondido con golpes, con asesinatos, con torturas, con violencia y censura. Nos insultan, nos agreden y nos criminalizan porque tienen miedo a la devastadora fuerza moral de la integridad de quienes—a diferencia de ellos—jamás hemos matado, ni robado. No hay nada oculta bajo cielo y tierra. Todo se sabe y quedará al descubierto quién tiene las manos limpias, y quienes las tienen manchadas de sangre. Por ello, no caigamos en la provocación de responder al odio con más odio, porque la maldad es un lenguaje incompatible con las voces de libertad, que más bien se nutren de una verdad sencilla: el reco